Madroño



Tal vez el bosque mediterráneo no sea tan rico en frutos comestibles como pueda ser el atlántico o el pirenaico, con fresas, grosellas, arándanos, etc. pero esto no significa que no tengamos ninguno.

Una de las golosinas que nos ofrece el bosque mediterráneo, además de las moras de la zarza, o las endrinas, es el fruto del madroño.

El madroño (Arbutus unedo) es un arbusto o arbolillo, de la familia de las ericáceas, y por tanto pariente de brezos, arándanos y rododendros. Sus hojas son perennes, brillantes, de aspecto lauroide (similar al laurel) lo que denota su origen, relíctico de épocas de clima más cercano al tropical. Sus flores en forma de campanilla están agrupadas en racimos, son blancas pero con el frío pueden adoptar colores rosáceos. Su época de floración coincide con la de maduración de los frutos del año anterior, desde el otoño hasta principios de invierno. Sus frutos son bayas, de color rojizo o anaranjado, de sabor dulce y agradable cuando están maduras.

Es una especie típica de los encinares y los alcornocales, o de los matorrales que resultan de su degradación.

Además de los usos que se le pueden dar a sus frutos, ya sea crudos, macerados para hacer licor o transformados en ricas mermeladas, el madroño ha tenido diferentes usos, siendo por ello una planta importante en el pasado.

Del madroño se extraía un carbón vegetal de pequeño tamaño conocido como breña, que era empleado sobre todo para las fraguas, también se empleaba la leña para la cocina, las hojas y corteza, ricas en taninos para el curtido de cueros y también como medicinal, diurético o como astringente contra las diarreas.

Otro uso que cabe mencionar era el que hacía uso de sus ramas para la construcción, del mismo modo que se ha venido empleando la caña para los tejados. Las ramas empleadas para este fin se conocen como “ripio”.

Se trata de una especie que está teniendo una gran importancia dentro del mundo de la jardinería, que por otra parte no se prodiga mucho en el uso de plantas autóctonas.

Uno de los madroños más importantes de toda España se encuentra en Villena, muy cerca de mi jardín natural. Se trata de un ejemplar aislado dentro de un campo de olivos, con unas dimensiones nada despreciables, más de 7 metros de altura y 12 metros de diámetro de copa. Presenta tres troncos, con un perímetro total de 2,5 metros, al parecer, el tronco principal fue alcanzado por un rayo en el pasado. Con una edad estimada de mas de 200 años, es el más viejo y grande de la Comunidad Valenciana.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante y formativo tu espacio,pasaré de cuando en cuando.
Un saludo