En Monfragüe encontramos la más extensa y mejor conservada mancha de monte mediterráneo a nivel mundial, rodeado de sierras pobladas con encinares, bosque y matorral mediterráneo, y salpicadas de roquedos, y arroyos. Todo ello permite la existencia de una rica y variada vida vegetal y animal.
Existen vestigios de la ocupación humana de estos terrenos desde épocas prehistóricas que han ido configurando la estructura del paisaje a lo largo de la historia, pero en los años 1960-70 se producen en Monfragüe dos hechos que alteraron el medio casi tanto como lo realizado por todas las civilizaciones anteriores: Se construyen las presas de Torrejón y Alcántara, con la desaparición de todas sus riberas y se repueblan grandes zonas con eucaliptos y pinos, aterrazando las laderas de las sierras y eliminando la vegetación autóctona.
Por fin, y tras múltiples controversias, en 1979 es declarado Parque Natural y posteriormente, pasaría a ser Parque Nacional en 2007.
Este parque se encuentra situado en Extremadura, en el norte de la provincia de Cáceres, entre las poblaciones de Plasencia, Cáceres y Trujillo, en la confluencia de los ríos Tajo y Tiétar.
El parque es un ejemplo claro del ecosistema mediterráneo. Cuenta con cuatro "sub-ecosistemas" principalmente.
Ecosistema de Roquedo
Los roquedos en Monfragüe están formados por grandes farallones cuarcíticos –de gran valor paisajístico- resultado de los plegamientos orogénicos y la posterior erosión a la que resistió las cuarcitas frente a las pizarras más blandas.
Las rocas se encuentran en gran parte cubiertas por líquenes y plantas rupícolas y fisurícolas, y prácticamente exentos de vegetación leñosa a excepción de algunos enebros (Juniperus oxycedrus) o cambroños (Adenocarpus hispanicus subp. argyrophyllus) Las aves encuentran en ellos un lugar idóneo para nidificar, ya que disfrutan aquí de la seguridad que les ofrece las inexpugnables paredes verticales, aisladas aún más por las aguas de los ríos. En ellos anidan especies como la cigüeña negra (Ciconia nigra), buho real (Bubo bubo), águila real (Aquila chrysaetos), alimoche (Neophron pernocterus) y grandes colonias de buitre leonado (Gyps fulvus).
Ecosistema de Ribera
Los bosques de ribera de los dos ríos principales se encuentran muy deterioradas, especialmente las del Tajo y en menos medida las del Tiétar, debido a los pantanos que impiden la consolidación de un bosque de ribera.
Es en los riachuelos donde mejores muestras de este ecosistema podemos encontrar. Estos bosques de ribera están constituidos por formaciones de Aliseda-Fresneda, siendo aliso (Alnus glutinosa) y fresno de hoja estrecha (Fraxinus angustifolia) sus especies dominantes. Como especies acompañantes encontramos arces (Acer monspessulanum), majuelos (Crataegus monogyna), zarzas, rosales, sauces, tamujos (Securinega tinctoria) y vides silvestres (Vitis vinifera subsp. sylvestris), como plantas acompañantes.
En el medio acuático las especies más interesantes son la nutria (Lutra lutra), único mamífero acuático en Monfragüe, y la cigüeña negra (Ciconia nigra) que se alimenta en las aguas someras. Entre las aves también encontramos al martín pescador (Alcedo athis), a las garzas reales (Ardea cinerea) o imperiales (Ardea purpurea) y en invierno a numerosas anátidas. Es abundante el galápago leproso (Mauremys leprosa) y podemos encontrar –aunque muy escaso- al europeo (Emys orbicularis), anfibios como la salamandra común, gallipato, tritón ibérico, sapo corredor, sapo de espuelas, sapillo pintojo, sapo partero ibérico, rana pasilarga, ranita de San Antón y ranita ibérica. En ese mismo medio no es complicado encontrar ejemplares de barbo, comiza, boga, cachuelo, colmilleja, anguila, carpa, pez gato, pez sol y lucio.
Ecosistema de matorral y bosque mediterráneo
Las formaciones de monte mediterráneo están situadas en las zonas más abruptas, ya que el resto han sido transformadas en dehesas para realizar diferentes aprovechamientos.
La composición florística varía significativamente de la solana a la umbría. En las exposiciones de solana, abundan las formaciones de carrascas (Quercus ilex subsp. ballota) acompañadas por acebuche (Olea europaea subsp. sylvestris) y en menor medida por alcornoques (Quercus suber) y piruétanos (Pyrus borgaeana). El estrato arbustivo y el matorral de sustitución están formados por jara pringosa (Cistus ladanifer), retamas (Retama sphaerocarpa), labiérnago (Phillirea angustifolia) y cantuesos (Lavandula stoechas).
Existen zonas de pinares de carrasco, piñonero y rodeno (Pinus halepensis, P. pinea y P. pinaster), restos de antiguas repoblaciones realizadas por el antiguo ICONA.
Las umbrías están dominadas por alcornocales, apareciendo también formaciones de quejigos (Quercus faginea) de las subespecies broteroi y faginea, y matorrales de sustitución dominados por brezos (Erica arborea y E. australis), madroños (Arbutus unedo), mirtos (Myrtus communis), cornicabras (Pistacia terebinthus) y durillos (Viburnum tinus) entre otros.
Las copas de los árboles, constituyen un lugar idóneo para que aves como el águila imperial (Aquila adalberti), el buitre negro (Aegypius monachus), el águila calzada (Hieraaetus pennatus) o el águila culebrera (Circaetus gallicus) instalen sus nidos. También constituyen el lugar idóneo para reproducirse y hacer sus capturas en vuelo de azor (Accipiter gentilis) o el gavilán (Accipiter nisus) Entre los mamíferos que habitan entre las espesuras está la gineta (Genetta genetta), el gato montés (Felis silvestris), el jabalí (Sus scrofa), el zorro (Vulpes vulpes) o el meloncillo (Herpetes ichneumon).
Ecosistema de dehesa
Se trata de formaciones adehesadas de carrascas o alcornoques. Son ecosistemas artificiales en los que se ha eliminado el matorral y se han respetado algunos árboles. De las dehesas se han obtenido muchos productos de los que se puede destacar la leña y carbon vegetal, el corcho, los pastos, bellotas para el ganado, caza, etc. Además constituye el hábitat de una gran diversidad de fauna y flora, por ejemplo: en el pastizal se llegan a encontrar hasta 40 especies distintas herbáceas por m²; entre los reptiles destaca el lagarto ocelado (Lacerta lepida) que encuentra aquí un lugar idóneo por sus requerimientos caloríficos; entre las rapaces destaca el bello elanio azul (Elanus caeruleus) y entre los mamíferos tenemos al lirón careto (Elyomis quercinus), a garduñas (Martes foina) y comadrejas (Mustela nivalis).
Las dehesas de Monfragüe tienen al mismo tiempo una gran diversidad biológica, sirviendo de área de alimentación de muchas de las especies que nidifican o se refugian en el bosque y en los roquedos de Monfragüe. Por ejemplo, las aves carroñeras; alimoches (Neophron pernocterus) y buitres (Gyps fulvus y Aegypius monachus) obtienen su mayor alimento de las carroñas provenientes del ganado (vacas, cerdos, ovejas y cabras) criado en la dehesa, junto a las provenientes de la caza mayor como ciervos (Cervus elaphus) y jabalíes (Sus scrofa) que también suplementan su alimentación en la dehesa; otro ejemplo importante es el del águila imperial (Aquila adalberti) que tiene como base alimenticia el conejo (Oryctolagus cuniculus) que encuentran un hábitat idóneo en la dehesa.