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Uno de los últimos sauces llorones de la huerta. |
La huerta de Villena es un espacio muy interesante donde desde tiempos inmemoriales el ser humano ha aprovechado la fertilidad de sus tierras. Pero en la huerta junto a los cultivos siempre han cohabitado una serie de árboles típicos de este tipo de paisaje. Unos valores que se pierden cada día, disminuyen con cada árbol muerto de viejo, por el fuego o bajo la acción humana. Sauces, olmos, chopos y mimbreras arbolaban la huerta, dando cobijo a la fauna salvaje, sombra y ramas a los agricultores, y sobretodo, personalidad y entidad a un paisaje, un agro-ecosistema en equilibrio, creado por el trabajo del hombre, y que debería ser una de las señas de identidad de la ciudad de Villena.
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Chopos blancos. |
Los árboles de los que os hablo, no siempre han sido especies o variedades autóctonas, pero si, árboles ligados a la presencia del ser humano. Se trata de especies originarias de los bosques de ribera, capaces de resistir suelos arcillosos, niveles freáticos altos e incluso periodos de inundación sin resultar dañados. Al mismo tiempo, estas especies se caracterizan por su rápido crecimiento y por la facilidad que acarrea su reproducción, bien sea por esqueje o por trasplante de rebrotes.
Éstos árboles podían estar situados en distintos lugares, dependiendo de la función que debían desempeñar. Era frecuente bordear los caminos por árboles para ofrecer sombra a los paseantes, también, sustentaban las paredes de las acequias de riego y drenaje y proyectaban sombre sobre el agua evitando así su evaporación por efecto del sol y la colonización de algas unicelulares que pondrían el agua verde, era frecuente que éstos ejemplares produjesen setas en la base del tronco que podían ser aprovechadas como alimento. Eran comúnmente plantados junto a las casas de labor dando sombra a sus ocupantes y en los lindes de las fincas, delimitando las parcelas y ejerciendo una acción de barrera cortavientos muy beneficiosa para los cultivos.
Las principales especies de árboles que aparecen en nuestra huerta, aunque cada día son mucho más escasas son las siguientes:
Chopo lombardo (Populus nigra 'Pyramidalis'), es un árbol procedente del norte de Italia, pero muy extendido por toda Europa como árbol ornamental. El chopo lombardo crece hasta más de 30 metros con una copa estrecha que se ensancha un poco hacia la mitad de su altura, dando la sensación de que el árbol es más alto aún de lo que en realidad es. Los mejores ejemplares que quedaban en la huerta eran un grupo en la "Casa el Diputaor" de los que quedan varios ejemplares bastante viejos, y otros dos ejemplares situados cerca de la carretera de Pinoso, ambos ejemplares muertos tras un incendio hace algunos años.
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Chopos negros. |
Chopo negro (
Populus nigra var.
Betulifolia) extremadamente escaso, este árbol está extendido por toda Europa. Puede superar los 30 metros de altura ha sido eliminado de la huerta casi en su totalidad o sustituido por
Populus x canadiensis, un híbrido entre esta especie y la especie americana (
Populus deltoides). El último gran ejemplar que teníamos en Villena, cuentan que fue talado y troceado para el cultivo de la seta de chopo, un precio muy alto para unos poco kilos de setas.
Álamo o chopo blanco (Populus alba) un árbol autóctono de gran tamaño, muy escaso también. Una de las mejores choperas de Villena se encontraba cerca de la Casa Zúñiga, hoy desaparecida. apenas quedan algunos ejemplares junto a la acequia del Rey, incluyendo el ejemplar de mayor tamaño de la huerta, unos pocos en La Troya y el cauce del Vinalopó y unos pocos en el camino de San Juan junto a una casa.
Olmo (Ulmus minor) a pesar de ser cada día más escaso, es la especie más abundante dentro de la huerta de Villena, aun así, apenas quedan ejemplares de gran tamaño, ni olmedas bien conservadas. El olmo es un gran árbol de hasta más de 30 metros. Sus tronco eran empleado muy a menudo como vigas centrales en las casas. Sus hojas eran consumidas por el ganado. La mejor de las olmedas que quedaba en Villena ha sido destruida este año, y el resto de olmos que quedan, o bien crecen aislados, o bien formando setos o alineaciones en mejor o peor estado.
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Olmeda del instituto. De las últimas de Villena y en grave peligro. |
Sauce llorón (Salix babylonica) esta especie proveniente del Norte de China, aparece muy escaso en Villena y los pocos ejemplares que quedan están casi todos decrépitos y muy deteriorados. Éste árbol es conocido por todo el mundo, por su copa amplia formada por ramas péndulas que cuelgan hasta el suelo en algunos casos. Era una especie fundamental en los jardines románticos.
Mimbrera o sauce blanco (Salix alba y Salix fragilis), éstos árboles además de por su sombra, eran utilizados para obtener ramas finas que se podían utilizar para trabajos de cestería (de ellas se extrae el mimbre) por esta razón, casi todos los ejemplares que encontramos en Villena han sido desmochados repetidas veces, formando un tronco corto y una copa densa formada por multitud de ramas delgadas de similar tamaño todas ellas.
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Viejo nogal. |
Sarga (
Salix atrocinerea) este arbusto o arbolillo muy escaso, apenas hay unos poco ejemplares en toda la huerta. Se trata de una especie de gran valor ornamental, siendo interesante su utilización como planta de jardín. Estos sauces, como el resto de especies, poseen en su corteza ácido salicílico, uno de los componentes de la aspirina, teniendo por tanto, un cierto valor medicinal.
Nogal (Juglans regia) No es de las especies más abundantes de la huerta. apenas quedan algunos ejemplares viejos en toda la Huerta, sin embargo, es una especie importante, por sus frutos, y sus troncos suelen tener huecos que utilizan las aves para anidar.
Además de estas especies, aparecen de forma testimonial otras especies. La acacia negra (Gleditsia triacanthos) y la falsa acacia (Robinia pseudoacacia) se solían plantar a lo largo de los caminos o las vías férreas, quedando algunos ejemplares junto a las vías del ferrocarril y en el trazado del antiguo "chicharra", En ocasiones se plantaba el plátano de sombra (Platanus x hispanica), pinos carrascos (Pinus halepensis), árboles del paraíso (Elaeagnus angustifolia), almendros, higueras, avellanos, árboles frutales, etc.
Al desaparecer todos estos árboles de la huerta, se pierde una parte importante de nuestro patrimonio, que hay que unir a la pérdida del patrimonio etnográfico y arquitectónico como las norias de agua, las infraestructuras de los regadíos, las casas tradicionales, etc.
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Dos de los últimos chopos de la huerta. |