La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) es una de las "plagas" más importantes de los pinares españoles, este lepidóptero nocturno puede aparecer con gran profusión produciendo defoliaciones importantes en los pinos, a veces defoliaciones totales de la masa forestal, esta especie autóctona se ve muy beneficiada por las repoblaciones monoespecíficas de coníferas que le aportan un sustrato alimenticio casi inagotable para sus orugas, así como una población de predadores relativamente baja por la escasez de troncos de viejos árboles con oquedades que muchos pajarillos utilizan para anidar.
Los adultos emergen en los meses de agosto y septiembre. Especialmente durante la noche, la hembra emite una feromona sexual al aire para atraer al macho. Se produce la cópula y la hembra lleva a cabo la puesta, para ello, se encarga de buscar un pino adecuado detectando en el aire un compuesto químico emitido por este árbol. Dicho compuesto, es emitido en distintas cantidades por las diferentes especies de pino, por orden de importancia son Pinus sylvestris (pocas veces afectado por encontrarse fuera del umbral térmico de la especie), P. nigra, P. pinaster, P. halepensis y P. pinea de entre las especies autóctonas.
La puesta se realiza en las acíulas del pino. Los huevos son recubiertos por unas escamas del abdomen de la hembra. Ocasionalmente, cuando la puesta se realiza sobre Cedrus sp. La puesta tiene aspecto de plastrón sobre el tronco o las ramas. La fase huevo, dura aproximadamente un mes.
La oruga, una vez emerge del huevo, pasará por cinco fases larvarias denominadas desde L1 hasta L5. Suelen formar unas construcciones de seda, los conocidos bolsones, donde se cobijan de las temperaturas extremas que les son desfavorables. Las orugas son "peligrosas" a partir del estadío L3 cuando desarrollan unos pelos urticantes que sueltan y se clavan en la piel de sus agresores cuando se sienten molestadas (los pelos de color rojizo de la imagen). Esta fase de oruga suele durar desde julio hasta febrero aproximadamente, momento en que se produce un a migración al suelo de toda la colonia en “procesión” unas detrás de otras unidas por un hilo de seda. Cuando encuentran un lugar idóneo para enterrarse, las orugas forman un capullo de seda bajo tierra, dentro del cual, pasan a crisálida. En esta fase de crisálida o pupa que tarda un mes en formarse, puede permanecer hasta el mes de agosto o septiembre en unos casos o permanecer en diapausa durante uno o dos años parta finalmente emerger como imago y dar comienzo a un nuevo ciclo.
Los adultos son de color grisáceo, poco llamativas, el macho tiene las antenas pectinadas (ramificadas) con receptores para detectar las feromonas de la hembra. Son de vuelo nocturno y están presentes en los meses de agosto hasta Octubre.
Los parásitos y predadores naturales de esta especie son numerosos. En fase de huevo, encontramos distintos himenópteros que parasitan la puesta, destacan especies como Tetrastichus servadei y Oencyrtus pityocampae pudiendo alcanzar hasta un 60% de huevos parasitados. De entre los parásitos de orugas y crisálidas, destacamos un himenóptero, el Erigorgus femorator, y varias especies de dípteros, siendo Phryxe caudata, Compsilura concinnata y Villa brunnea los mas importantes.
Entre los depredadores que podemos encontrar, son destacables insectos como las hormigas rojas (Formica rufa), algunos ortópteros como Steropleurus perezzi u otros ortópteros y algunas avispas. Destacan sobretodos las aves, especialmente páridos como el Carbonero (Parus major) y el herrerillo (Parus caeruleus) entre otras especies que pueden alimentarse de las orugas. Depredadores importantes de adultos son los murciélagos.
Podemos citar el uso de trampas de feromonas para el control de la poblacion de procesionaria. Se trata del empleo de feromonas sexuales que la hembra utiliza para atraer a los machos, sintetizadas en laboratorio. Este tipo de trampas tienen la misión de realizar un monitoreo para conocer la densidad de la población de procesionaria. Este tipo de trampas no realizan un control real de la población, ya que se ha demostrado que las feromonas emitidas ayudan en muchos casos a los machos a encontrar a las hembras, ya que la concentración de feromonas en aire, siempre será mayor en una zona en la que se encuentre una hembra a la que a las feromonas que ella misma está dispersando, se le suman las de la trampa proporcionándole un reclamo sexual mas potente, aumentando la probabilidad de reproducirse.
De entre los tratamientos que se realizan para el control de esta especie, se ha demostrado la ineficacia de las toxinas del Bacillus thuringiensis que solamente actúan en fases larvarias hasta L3. Se están realizando tratamientos aéreos a ultra bajo volumen con Diflobenzurón o “Dimilín”, que se trata de un insecticida antiquitinizante que impide que la larva pueda formar la quitina de su capsula cefálica en el momento de la muda y por tanto no puede alimentarse y muere.
Todos estos tratamientos tienen entre otros inconvenientes, al margen de ser bastante costosos económicamente, el de ser poco selectivos a la hora de matar, afectando tanto a la procesionaria que produce daños económicos como a especies protegidas o en peligro de extinción como la mariposa isabelina y otras muchas que también se alimentan de acículas de pino.
Los tratamientos solamente han de realizarse en zonas concretas donde puedan causar problemas con sus pelos urticantes como pueden ser áreas recreativas, márgenes de caminos y carreteras, jardines o en repoblaciones jóvenes.
FOTOS:
1.- Orugas en procesión de enterramiento (L5)
2.- Orugas jóvenes
3.- Detalle de los pelos urticantes
4.- Bolsón en una rama de pino
5.- Cápsula cefálica (Cabeza) de una oruga
6.- Macho adulto
1.- Orugas en procesión de enterramiento (L5)
2.- Orugas jóvenes
3.- Detalle de los pelos urticantes
4.- Bolsón en una rama de pino
5.- Cápsula cefálica (Cabeza) de una oruga
6.- Macho adulto