Las abejas o “Apiformes” comprenden cerca de 6000 especies en el Sur de Europa, repartidas en siete familias: Andrenidae, Anthophoridae, Apidae, Colletidae, Halictidae, Megachilidae y Melittidae. Dentro de éstas familias, existen diferentes estrategias para la construcción de su nido, especies como las del género Xilocopa sp. taladran directamente sus galerías en madera seca, otras, como Ceratina sp. utilizan plantas de médula blanda para realizar sus puestas, otras como Colletes sp. excaban galerías en taludes, y así diferentes especies que utilizan diferentes substratos. No obstante, existen numerosas especies que no son capaces de excavar sus propios agujeros y en absoluto desprecian tallos huecos, orificios realizados por otros insectos o por el ser humano. Estas especies son las que ocuparán nuestro nidal artificial.
Este tipo de nidales para himenópteros, pueden ser ocupados también por algunas avispas solitarias, que utilizan como alimento de sus larvas diversas presas que capturan y paralizan con su aguijón, tales como orugas de mariposas, arañas, etc. que posteriormente almacenan en las cámaras de cría.
No hay que olvidar que este tipo de abejas y avispas solitarias no suelen ser nada agresivas ni territoriales como pueden ser sus parientes gregarias que no dudarán en picar por defender su nido.
Existen diferentes tipos de nidales prefabricados para abejas en el mercado, pero yo os propongo la construcción de uno, de una manera fácil y rápida. El que yo he realizado está hecho de cañas y carrizo.
Para empezar, es necesario cortar trozos de caña (Arundo donax) y carrizo (Phragmites australis) de la longitud de un entrenudo, dejando el tallo abierto por un extremo y cerrado por el otro, estos trozos constituirán la galería de cría para los insectos.
A continuación, se procede a cortar la base de un tiesto de plástico y se rellena todo con las cañas cortadas, dejando todos los extremos abiertos hacia el mismo lado y al mismo nivel.
Como veis, quedan cañas de diferentes diámetros y longitudes, aumentando así las posibilidades de que sea colonizado por diferentes especies. Para aumentar la consistencia de este nidal, he empleado yeso, aprovechando que tenía por casa, lo he utilizado para fijar los extremos posteriores y darle más estabilidad al conjunto.
El último paso es colocarlo en su sitio, yo lo he puesto orientando la entrada hacia el sur, para que reciba mayor insolación, en un lugar tranquilo, para que los insectos no se sientan molestados por el paso de personas. Para evitar que se pueda llenar de agua de lluvia, lo he colocado con una ligera inclinación hacia la entrada, y he colocado una piedra plana que hace de techo.
Ahora solo queda esperar que los insectos lo encuentren y decidan anidar en el. Ya os contaré si hay suerte.
En esta otra entrada: "Nuevo hotel para insectos" os muestro otro modelo de refugio para polinizadores.
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