Al igual que en otras especies como el caballito de mar, el sapo partero o el avestruz, la naturaleza ha hecho que el macho del chinche Phyllophya laciniata (Villers, 1789), un Hemíptero de la familia Coreidae, sea el que se encarga del trasporte y cuidado de los huevos.
Para este menester, la hembra deposita varios huevos entre las espinas de los hemielitros del macho. De esta forma se garantizan que quedarán mejor protegidos y garantizan una mayor tasa de supervivencia en las puestas, aunque en ocasiones pueden depositarlos sobre su planta hospedadora o sobre otras hembras adultas.
Asimismo, los machos son capaces de graduar su eyaculación dependiendo de la competencia espermática con otros machos, es decir, la hembra copula con distintos machos y los espermatozoides de estos han de competir entre ellos para fecundar el óvulo. Por tanto, cuanta más competencia, los machos son capaces de producir mayor número de espermatozoides.
Para este menester, la hembra deposita varios huevos entre las espinas de los hemielitros del macho. De esta forma se garantizan que quedarán mejor protegidos y garantizan una mayor tasa de supervivencia en las puestas, aunque en ocasiones pueden depositarlos sobre su planta hospedadora o sobre otras hembras adultas.
Asimismo, los machos son capaces de graduar su eyaculación dependiendo de la competencia espermática con otros machos, es decir, la hembra copula con distintos machos y los espermatozoides de estos han de competir entre ellos para fecundar el óvulo. Por tanto, cuanta más competencia, los machos son capaces de producir mayor número de espermatozoides.
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