Heridas de poda

Herida abierta.

Es frecuente que todos nosotros veamos podar árboles de las ciudades, en ocasiones somos nosotros mismos los que realizamos dichas podas, pero ¿que ocurre cuando cortamos una rama?

Las plantas leñosas poseen una estructura de protección que es la corteza. Esta recubre los troncos y ramas de los árboles impidiendo la deshidratación, de los agentes externos y del ataque de hongos y bacterias que podrían producir pudriciones y causar graves daños a la madera. Cuando podamos un árbol estamos ocasionándole una serie de heridas que si no fuese por un mecanismo que el propio árbol desarrolla podrían llegar a producir serios daños a su estructura, vitalidad o estabilidad. Estos mecanismos de los que hablamos son básicamente dos. En primer lugar, el árbol debe aislar la herida en un proceso conocido como compartimentación de la madera y en segundo lugar, el árbol recubrirá la herida con nueva corteza gracias al labio cicatricial.

Formación del labio cicatricial.
La comparimentación es un proceso físico químico que creará una barrera de madera modificada rodeando una posible pudrición, evitando de este modo que dicha pudrición pueda avanzar hacia el interior y afectar a la madera sana del vegetal. Esta madera de la que os hablo tiene una consistencia distinta a la madera normal, es más dura y su composición química es diferente, posee una serie de sustancias que el árbol acumula para cambiar la composición química, acumula fenoles y modifica el pH de la zona afectada, al mismo tiempo taponará los vasos conductores que se hayan visto afectados. Al finalizar el proceso de compartimentación, el árbol habrá creado barreras laterales, transversales y frontales dejando totalmente aislada la pudrición e impidiendo que se extienda.

Cada especie arbórea tiene su propio sistema de compartimentación determinado genéticamente, sin embargo, en algunas especies, esta respuesta frente a agresiones no es lo suficientemente rápida o enérgica y las pudriciones avanzan sin control afectando todo el tronco. Esto ocurre especialmente en alguna especies de crecimiento rápido como chopos o sauces, por eso es tan importante conocer bien la biología de los árboles a la hora de realizar podas que pueden transformar árboles sanos en otros debilitados y con peligro por caídas o roturas.

Herida a medio cerrar.
El labio cicatricial es la forma que poseen los árboles para cerrar sus heridas. Los vegetales no pueden cicatrizar como los animales que son capaces de reconstruir algunos de sus tejidos, por tanto, cuando sufren cualquier tipo de herida, el método que tienen para cerrarla es cubrirla con una nueva corteza de tejido vivo. El responsable de formar este nuevo tejido es el cambium, un tejido que se encuentra entre la corteza y la madera del árbol, es una capa de células encargada del crecimiento en grosor del tronco y las ramas mediante división celular, creando nueva madera hacia el interior y corteza hacia el exterior.

La completa cubrición de una herida mediante el labio cicatricial puede tardar varios años, por tanto, a la hora de podar, debemos cortar siempre ramas de diámetro pequeño, y programar de una forma adecuada la poda a lo largo de los años. En las fotos que os muestro se puede ver el proceso completo de evolución de las heridas de poda en una higuera. 

Herida casi cerrada.
Herida completamente cerrada.

Mar de nubes

















Este mar de nubes pude disfrutarlo desde la cumbre del Cabeçó d'Or en Busot (Alicante). Creo que sobran las palabras.

MARIPOSAS

"Diurna" (Macho de Polyommatus icarus)

El grupo de las mariposas en su conjunto es quizás el más llamativo de todos de todos los insectos. las mariposas y polillas a nivel taxonómico pertenecen al orden de los lepidópteros (Lepidioptera). Se caracterizan por su ciclo vital, todas ellas comienzan siendo un huevo del que emerge una oruga que tras varias mudas se transformará en una crisálida. esta crisálida puede estar o no protegida por un capullo de seda. El adulto que emerge de la crisálida (salvo algunas excepciones) es un insecto volador con alas cubiertas de escamas que le dan el color a la mariposa.

A nivel práctico, aunque sin ninguna validez científica, podemos dividir a los lepidópteros en dos grupos. Por una parte, las mariposas diurnas y por otra las mariposas nocturnas o polillas. Para ser mas correctos, deberíamos referirnos como ropaloceros a las mariposas diurnas, caracterizadas por tener las antenas en forma de aguja terminada en forma de maza, y por la capacidad de plegar las alas cuando están en reposo, y heteroceros las mariposas nocturnas cuyas antenas pueden presentar otras morfologías, y sus alas generalmente se disponen en forma de tejadillo cuando están en reposo.


"Nocturna" (Hodebertia testalis)

Como decíamos, todas las especies comienzan siendo un simple huevo, que habrá colocado la hembra de forma estratégica según sus costumbres. Hay especies que colocan los huevos uno a uno minuciosamente sobre su planta nutricia como por ejemplo Papilio machaon. Otras sin embargo pueden hacer las puestas en masa, en ocasiones protegiendo la puesta con escamas del cuerpo de la hembra como en el caso de Traumatocampa pytiocampa, la procesionaria del pino, o dejados caer a los pies de su planta nutricia como Sesia apiformis, especie considerada plaga del chopo.

Las orugas son verdaderas máquinas de comer, en eso consiste su vida, durante todo este ciclo, la oruga consumirá la mayor cantidad de su planta nutricia que le permita su cuerpo, a medida que crece y su cutícula (piel) se queda demasiado ajustada, llega el momento de la muda, donde surgirá una oruga de mayor tamaño, especialmente notable en su nueva cápsula cefálica, la única parte dura de su cuerpo. El número de mudas puede variar de una especie a otra, incluso dentro de la misma especie dependiendo de la temperatura ambiental. Las orugas de algunas familias tienen colores llamativos que alertan a los predadores de su sabor desagradable o su carácter tóxico, otras especies pueden estar cubiertas de pelos, urticantes o no, que les sirven de defensa, y a modo de curiosidad, las orugas de algunos papiliónidos poseen un órgano que despide mal olor cuando son molestadas.


Oruga de Charaxes jasius

La crisálida es una fase en que el lepidóptero estará en reposo, ni se desplaza ni se alimenta, es cuando se produce la mayor transformación. El cuerpo rechoncho y cilíndrico de la oruga sufrirá unas transformaciones espectaculares hasta convertirse en las mariposas que todos conocemos. En ocasiones la oruga puede transformarse en crisálida directamente expuesta al aire como en la familia de los ninfálidos, en ocasiones pueden envolverse previamente en un capullo de seda, pueden enterrarse o mezclarse entre la hojarasca o incluso transformarse en el interior de su planta nutricia o crear estructuras enrollando hojas.

El adulto es un ser que se caracteriza por sus grandes alas, a menudo coloreadas con vivas tonalidades creadas por la multitud de escamas diminutas que recubren el cuerpo del insecto dispuestas en forma de tejado, solapadas unas con otras. En cuanto a las especies "diurnas" podemos encontrar en nuestras tierras las familias de los Nymphalidae, Papilionidae, Pieridae, Lycaenidae y Hesperidae. En cuanto a las "nocturnas", las familias son mucho más numerosas y la cantidad de especies muy superior, destacaremos las familias Noctuidae, Geometridae, Lasiocampidae, Sphingidae, Pyralidae, etc.

Espiritrompa de Hyles livornica
La vida de una mariposa adulta depende mucho de la especie. Existen especies que no poseen órganos para alimentarse, por lo tanto, deben subsistir de las reservas energéticas obtenidas durante su fase de oruga, la única en la que se han alimentado, y por tanto su vida consistirá en encontrar una pareja para reproducirse y perpetuar la especie en pocos días. Otras especies sin embargo, pueden vivir durante largas temporadas, se alimentan a través de su aparato bucal que se conoce como espiritrompa, que permanece enrollado sobre si mismo cuando no lo están utilizando. 

Muchos lepidópteros no se suelen desplazar mucho de su área de cría, aunque existen otras especies de que protagonizan largas migraciones, conocidas son las mariposas monarca en América, en nuestras tierras, especies como Vanessa atalanta o algunos esfíngidos llegan a nuestras costas desde África. La especie Vanessa cardui ha sido estudiada en este aspecto, y se ha comprobado que es capaz de recorrer miles de kilómetros cada año.

En cuanto a dimorfismo sexual, en algunas especies es prácticamente imperceptible, en otras es muy contrastado. En las especies nocturnas es frecuente que las hembras presenten antenas filiformes y los machos tengan las antenas muy pectinadas para captar las feromonas emitidas por la hembra. En algunos geométridos, la diferencia entre macho y hembra es tan grande, que las hembras son ápteras, es decir, que sus alas están atrofiadas y no son capaces de volar, mientras que los machos son totalmente normales. En las diurnas las diferencias entre sexos suelen ser cromáticas o difieren en el diseño del entramado del dibujo de las alas.


Antenas pectinadas (Macho de Lasiocampa trifolii)