Parcelso, el conocido médico, astrólogo y alquimista suizo del siglo XVI nos hablaba de las plantas mágicas. Plantas que recogidas a una hora determinada del día clave, establecido por la posición de los planetas, la luna y los signos del zodiaco. Por ejemplo, la belladona (
Atropa belladonna) una de las plantas que más propiedades místicas se le atribuyen, y que formaba parte de la pomada que las brujas utilizaban en sus aquelarres, y que además se le atribuía la capacidad de ahuyentar a las larvas del astral, que se creía que vampirizaban a la persona o personas del entorno, se alojaban en partes del cuerpo y causaban una serie de síntomas como ira, depresión, etc. La belladona había que recogerla bajo la influencia del signo de Escorpio, es decir entre el 22 de octubre y el 21 de noviembre y recogido el día de Saturno a la hora de Venus (Sábado a la quinta hora diurna). Todo esto suena un poco lioso, pero los alquimistas y sanadores Debian ser muy meticulosos a la hora de la recogida de las plantas, ya que pensaban que un error en ese aspecto desencadenaba en el fracaso del tratamiento.
Existían plantas que se utilizaban para ahuyentar la magia negra o el mal de ojo, el acónito (
Aconitum napellus) en fumigaciones, mezclada con otras plantas, asimismo, era costumbre en los pueblos y las aldeas plantar un saúco (
Sambucus nigra) en la puerta de las casas, así como clavar una flor seca de
Carlina acaulis, que por su forma que recuerda a la del sol, protegía la casa y a todos sus moradores.
Es conocido por todos que las plantas han tenido una amplia utilización en brujería, para la fabricación de ungüentos, pócimas, filtros, venenos y ponzoñas. Las brujas se reunían en el bosque para practicas sus aquelarres, rituales para adorar a satanás. La creencia de que eran capaces de volar con sus escobas viene de estos ritos, las mujeres bailaban desnudas alrededor del fuego, poniendo entre sus piernas el palo de la escoba previamente embadurnado con una pócima secreta que se sabe que contenía entre otras plantas las citadas mandrágora y belladona, beleño, o estramonio, todas ellas plantas tóxicas, que eran absorbidas por la piel y las mucosas y les daba sensación de estar volando.
A la mandrágora (Mandragora autumnalis) se le atribuían potentes efectos afrodisiacos, ya que su raíz recuerda al cuerpo de una mujer. También formaba parte de la pomada de las brujas para el aquelarre,se le atribuía la capacidad de hacer fértil a la mujeres estériles y era un potente amuleto.
El muérdago (Viscum album) era otra de las plantas mágicas, solo podía ser recogida utilizando una hoz de oro por los druidas celtas, el día de navidad hacían una ceremonia para la recogida de las bayas de esta planta parásita, se creía que eran capaces de curar cualquier enfermedad cuando todos los demás métodos habían fallado, recogido a la hora propicia, poseía el magnetismo del flujo del árbol, de los astros y de la fe de los que asistían a la ceremonia.
La planta de la mujer por excelencia es la artemisa (Artemisia vulgaris). Relacionada con la fertilidad, era una de las doce plantas de la Rosa Cruz, era además un potente amuleto contra todo tipo de hechizos y sortilegios, especialmente si se recogía el día de San Juan. En la actualidad se utiliza para regular las menstruaciones.
Esta es solo una pequeña representación de las plantas mágicas o místicas que se utilizaban en la antigüedad y que algunas de ellas todavía se utilizan por sus propiedades medicinales.
Fotos: 1 Aconitum napellus; 2 Viscum album