Existen discrepancias sobre la conveniencia o no del uso de éstas técnicas de cultivo. El no laboreo consiste como su propio nombre indica en no realizar labores al suelo, es decir, no se labra.
Para empezar, debemos cuestionar el hecho de considerar malas hierbas a todas las plantas que no nos aportan beneficio económico directamente, y por extensión, pensar que estas plantas son malas para el cultivo. No tenemos más que observar la naturaleza, en un bosque hay plantas arbustivas y herbáceas debajo de los árboles, y cada planta tiene su función.
En un cultivo leñoso, las plantas adventicias (o herbáceas cultivadas) bajo los árboles puede aportar una serie de ventajas que sería interesante considerar. para empezar, esta cubierta vegetal protege el suelo de la erosión al retenerlo con sus raíces y amortiguar las gotas de lluvia con sus hojas, evitando salpicaduras de barro que pueden contener esporas de hongos que causan problemas en la fruta, por ejemplo en los cítricos, el agua resvala lentamente y se favorece la infiltración, a su vez, la hierba sirve de zona de condensación del rocío favoreciéndose enormemente lo que se conoce como "precipitación horizontal". Al mismo tiempo, las plantas herbáceas proporcionan sombra al suelo reduciendo la evaporación. En invierno, reducen el impacto de las heladas en el suelo y por consiguiente en las raíces de otras plantas.
En la región mediterránea en la que nos encontramos, la mayoría de las plantas herbáceas que podemos encontrar en nuestros cultivos leñosos son estacionales, desarrollándose en periodos lluviosos y muriendo en verano, con lo se reduce el posible problema de la competencia por el agua, es obvio, al estar muertas no consumen nada, y siguen proporcionando sombra al suelo manteniéndolo más fresco. Éstas plantas muertas están aportando materia orgánica al suelo constantemente, contribuyendo a mejorar la estructura del suelo.
A las ventajas anteriores hay que añadir que al eliminar las labores, se reduce el gasto económico de las mismas y se reducen las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que se producen por la combustión del gasóleo.
Desde hace dos años, se viene siguiendo el sistema de no laboreo en la parte de olivar de mi jardín natural (mas tiempo en el reto del jardín). Los beneficios han sido casi inmediatos en cuanto al tema de la erosión, también he podido observar que los olivos resisten mejor la sequía y permanecen más vigorosos que en parcelas colindantes, también de secano y que practican las técnicas convencionales. La biodiversidad de artrópodos se ha visto aumentada enormemente, creándose zonas de cría para la Paratriodonta alicantina, el coleóptero endémico, catalogado en peligro de extinción del que ya os hablé.
Las plantas adventicias están consideradas por muchos agricultores como verdaderos enemigos de sus cultivos, ya que aseguran que éstas "malas hierbas" compiten en agua y nutrientes con sus plantas cultivadas, igualmente arraigado está el hecho de que una parcela para estar cuidada debe estar arada y libre de todas hierbas que no procedan.
Para empezar, debemos cuestionar el hecho de considerar malas hierbas a todas las plantas que no nos aportan beneficio económico directamente, y por extensión, pensar que estas plantas son malas para el cultivo. No tenemos más que observar la naturaleza, en un bosque hay plantas arbustivas y herbáceas debajo de los árboles, y cada planta tiene su función.
En un cultivo leñoso, las plantas adventicias (o herbáceas cultivadas) bajo los árboles puede aportar una serie de ventajas que sería interesante considerar. para empezar, esta cubierta vegetal protege el suelo de la erosión al retenerlo con sus raíces y amortiguar las gotas de lluvia con sus hojas, evitando salpicaduras de barro que pueden contener esporas de hongos que causan problemas en la fruta, por ejemplo en los cítricos, el agua resvala lentamente y se favorece la infiltración, a su vez, la hierba sirve de zona de condensación del rocío favoreciéndose enormemente lo que se conoce como "precipitación horizontal". Al mismo tiempo, las plantas herbáceas proporcionan sombra al suelo reduciendo la evaporación. En invierno, reducen el impacto de las heladas en el suelo y por consiguiente en las raíces de otras plantas.
En la región mediterránea en la que nos encontramos, la mayoría de las plantas herbáceas que podemos encontrar en nuestros cultivos leñosos son estacionales, desarrollándose en periodos lluviosos y muriendo en verano, con lo se reduce el posible problema de la competencia por el agua, es obvio, al estar muertas no consumen nada, y siguen proporcionando sombra al suelo manteniéndolo más fresco. Éstas plantas muertas están aportando materia orgánica al suelo constantemente, contribuyendo a mejorar la estructura del suelo.
A las ventajas anteriores hay que añadir que al eliminar las labores, se reduce el gasto económico de las mismas y se reducen las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que se producen por la combustión del gasóleo.
Desde hace dos años, se viene siguiendo el sistema de no laboreo en la parte de olivar de mi jardín natural (mas tiempo en el reto del jardín). Los beneficios han sido casi inmediatos en cuanto al tema de la erosión, también he podido observar que los olivos resisten mejor la sequía y permanecen más vigorosos que en parcelas colindantes, también de secano y que practican las técnicas convencionales. La biodiversidad de artrópodos se ha visto aumentada enormemente, creándose zonas de cría para la Paratriodonta alicantina, el coleóptero endémico, catalogado en peligro de extinción del que ya os hablé.
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