El caqui de Virginia, es un árbol originario de los Estados Unidos. Puede sobrepasar los 20 metros de altura y los 100 años de edad. En su área de distribución suele formar bosques acompañado de otras especies arbóreas como pueden ser: olmos americanos (Ulmus crassifolia), arces de azúcar (Acer saccharum), el árbol de los tulipanes (Liriodendron tulipifera) o la especie tan extendida en jardinería y arbolado viario, el arce negundo, del que ya hablaré en otro momento, ya que en cultivo suele presentar diversos problemas de enfermedades y plagas, así como diversas fisiopatías.
El caqui de Virginia se cultiva extensamente por su uso como patrón de injerto para el cultivo del kaki (Diospyros kaki) para la obtención del fruto. El cultivo masivo de esta especie empieza a hacer frecuente que en antiguas parcelas de kaki que se abandonaron, están empezando a rebrotar los patrones, asilvestrándose y formando verdaderos bosquetes. Este hecho ocurre mucho por ejemplo en la comarca castellonense del Alto Palancia donde ya forma parte del paisaje rural.
En mi opinión es uno de los árboles ornamentales más hermosos y rústicos que podemos cultivar en la península, sin embargo, se encuentra muy infravalorado. Es difícil de encontrar fuera de jardines botánicos o escapados de los cultivos, y es raro encontrarlo en el comercio.
Éste árbol posee además de unos frutos comestibles, una madera de buena calidad apreciada en ebanistería, se suele aprovechar solamente la albura, de color claro y veteado fino, se requiere de árboles muy viejos para aprovechar el duramen que en ocasiones es oscuro, muy similar a la madera de ébano, no en vano pertenecen de la misma familia.
Otras características de este árbol como su extremada resistencia a la sequía, a los suelos pobres, al frío y al calor, su estructura elegante que no necesita podas de formación, ya que es el mismo ejemplar el que se autopoda hasta que logra su porte característico, sus frutos y su valor ornamental, hacen muy interesante el cultivo de éste árbol tanto en jardines privados como públicos.
El aspecto que más destaca de ésta especie es sin duda su espectacular cromatismo otoñal, con tintes naranjas, rojos, granates, etc. Tonos que se producen sin necesidad del frío que necesitan otras especies para manifestarse. Es una especie de brotación bastante tardía para proteger sus brotes de las heladas tardías, esta característica es interesante desde nuestro punto de vista, ya que dejará pasar bastante sol al jardín al principio de la primavera cuando todavía las temperaturas no son muy altas, de esta forma, los rayos de sol podrán ser aprovechados por plantas herbáceas o arbustivas plantadas como sotobosque. Durante el verano, el follaje es verde lustroso con tonos bronceados en las hojas todavía tiernas. Por último destacar la corteza de los ejemplares viejos, con un ritidoma muy marcado formando escamas que recuerdan en cierto modo a un caparazón de tortuga.
2 comentarios:
Muy interesante, es un buen ejemplar para la xerojardinería Aunque requiere la recogida de los frutos, porque es un poco guarrete, y según donde lo pongas... ya sabes ... pero ocurre con otros árboles ornamentales, como el naranjo amargo, que cuando toca, hay que ir a la naranja.
Diospyros virginiana, no? arriba te dejaste la o en Diospyros...
Besos
Otros muchos árboles se plantas que son bastante "guarretes" el aligustre que se ha puesto de moda, el naranjo amargo que comentas, las palmeras datileras, las hembras que cuando empiezan a tirar el dátil es hasta peligroso pasar por debajo, los tilos por el pulgón y la melaza, el ginkgo, los ejemplares hembra tiran muchos frutos que fermentan y huelen mal, etc.
gracias por comentar, un besico.
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